“Tengo 24 años. Nací
en Santiago de la Ribera. Soy investigador y deportista. Estoy
diagnosticado de Bradicardia de tercer grado. “Los médicos me dijeron: Tu cuerpo lo conoces tú y tú has de marcar los
límites. Soy timonel en un C10”.
Salvador Angosto Sánchez, investigador y
creador de un cuestionario que mide la calidad en eventos deportivos desde el
punto de vista del participante
“Esta
investigación es la elaboración de un cuestionario que mide la satisfacción del
participante en el evento deportivo popular”
Salvador
Angosto ha realizado un trabajo de investigación que consiste en el desarrollo
de un cuestionario que permite medir la calidad del evento desde el punto de
vista del deportista. “En un evento deportivo popular” –explica- “nos
encontramos con que hay una parte lúdica y otra social; la gente queda con los
amigos y se reúnen para disfrutar de un
deporte. Estos encuentros no son puramente competitivos, la gente busca la
superación personal, comprobar cómo mejora sus metas, su aspecto físico, sus
objetivos, como por ejemplo, bajar el tiempo en media maratón”.
“Me veo vacío
cuando no tengo nada que hacer y la gestión
me aporta nuevas metas. Me siento útil al ver que puedo ayudar a la
gente”.
En la
actualidad dice sentirse “entusiasmado” y con ganas de afrontar la tesis. Seguirá su línea de
investigación “porque la voy a ampliar a otras modalidades deportivas como:
triatlón, carrera de montaña, travesía a nado, pruebas ciclistas…”(…) “Me
siento útil al ver que puedo ayudar a la gente y a las empresas que prestan
estos servicios”. Su contribución al
mundo del deporte es importante, pues gracias a los datos que recopila con su
cuestionario, puede hacer un análisis del evento y establecer un perfil del
acto. “Cuanta más información recopilemos mejor valoración de la calidad se
podrá hacer. Obtendremos así los puntos
fuertes y débiles, que al contrastar con los resultados, nos permitirán
establecer procedimientos que garanticen la buena calidad de las futuras
ediciones”.
“Quien
vive el evento es quien puede juzgar sobre su calidad”.
“Salva” nos
explica que es el propio participante“ quien vive el servicio y el que puede
juzgar si ese evento deportivo ofrece buena calidad o no, desde su punto de
vista” (…) “Como ejemplo”-comenta- “imaginemos que un mismo fin de semana hay
dos carreras: el participante irá a la que ya conoce y que sabe que funciona bien o, a aquella que le han
recomendado los amigos o conocidos”. En cuanto a la importancia de las redes
sociales manifiesta que “Hoy día la idoneidad de participar en un evento se
difunde a través de las redes sociales y por los
comentarios que de ellos suben los participantes, por ejemplo en los foros,
Facebook…”
"Mi cuestionario
permite medir cuatro factores"
- Interacción
personal (trato del personal de la organización, entrega de dorsales y el
cumplimiento de horarios)
- Comunicación
(valora los canales de promoción y difusión del evento, la distribución de la
información y la inscripción).
- Servicios complementarios
(Existencia de locales comerciales próximos al lugar de inicio y llegada,
existencia de stand en la meta, guardarropa, vestuarios, aseos, masaje,
visibilidad de los resultados, el pódium y la existencia de puntos de avituallamiento).
- Infraestructura logística
(señalización del evento adecuándola a su ubicación, la previsión de plazas de
aparcamiento atendiendo al número de participantes, elementos materiales del
evento: pancartas publicitarias, zona de salida y llegada y el diseño así como
la señalización del recorrido).
Una perspectiva desconocida de los eventos deportivos que entrañan un trabajo y una dificultad invisibles al que hoy hemos dado rostro
Salvador Angosto Sánchez, (Santiago de la Ribera - San Javier, 1990).
“Salva” es un murciano inquieto de 24 años, luce una sonrisa abierta, su lema
es: “You can” (Tú puedes) y dice verse vacío cuando no tiene nada que hacer.
Apasionado por la
gestión de eventos deportivos; participativo y comprometido con las actividades
sociodeportivas. Comienza de voluntario en el UCAM Atletismo de Cartagena colaborando en la organización de eventos
deportivos y más tarde en puestos de responsabilidad en la secretaría técnica
de distintas jornadas deportivas. Igualmente es colaborador del Patronato
Deportivo de San Javier en los diversos eventos deportivos que organizan.
“Desde niño he
practicado deporte pues mis padres me lo inculcaron”. A pesar de que al principio era un poco reacio a la hora de
hacer ejercicio, llegó un momento en el
que le tenían que decir que “parase”.
“Practicaba piragua con 8 años y con 9 años lo
simultaneaba con atletismo, incorporándome con 13 años a baloncesto”.
Sin embargo
la vida a veces exige algo más: un día en un reconocimiento médico de control
deportivo, mientras hacía tranquilamente
la prueba de esfuerzo sobre la cinta
andadora, le hicieron detenerse de
golpe; le tumbaron en una camilla: “Tenía 283 pulsaciones y 17 años”, explica
sin perder la sonrisa. “Era un fanático del deporte y esto me obligaba a
cambiar radicalmente de vida”. “Tengo una bradicardia de tercer grado y apenas
hay estudios sobre casos como el mío”. Consultó sobre cómo podría ser su
futuro: “Los médicos me dijeron: Tu cuerpo lo conoces tú y tú has de marcar los
límites”.
“Tuve claro que quería hacer CAFD porque el deporte
siempre ha sido un aspecto básico en mi vida”. Sin embargo, coincidió que ese
año fue el único en el que se exigían pruebas físicas de acceso. “Por mi salud
no podía arriesgarme a realizarlas por lo que, gracias al consejo de mi padre, me
matriculé en Magisterio y luego pude dar
el salto en 2º Ciclo a CAFD”.
Es un hombre
agradecido con la vida e hijo orgulloso de su familia. Nombra con cariño a sus
compañeros y amigos: José María López, Juanma Molina…, quienes lo han apoyado incondicionalmente en su
proyecto de investigación.
Vive el “equipo”,
siente el equipo y éste es un eje fundamental en su vida: El Grupo de
Investigación INGESPORT y la Federación de Atletismo de la Región de Murcia
A
las 7 de la tarde, cuando comienza a caer el sol, camina en dirección al Club
de Piragüismo que la UMU tiene en el Mar Menor. Entra y pasa a los vestuarios
para cambiarse de ropa. Abre las taquillas de las palas y se dirige al C10
(canoa para 10 palistas) a esperar a sus compañeros. Suele llegar el primero;
es el capitán, el timonel. “A pesar del esfuerzo y de que mis médicos me lo
desaconsejan, es mi punto de rebeldía,
mi vía de escape; abandono el miedo que le
tengo a que mi corazón sufra. Desconecto la mente y pierdo el temor. Y como
escribió Henley, Salva, mientras controla con
todas sus fuerzas el timón de la canoa parece gritar: Soy el amo de mi destino, soy el
capitán de mi alma.
Salvador Angosto Sánchez, investigador y creador de un cuestionario que mide la calidad en eventos deportivos desde el punto de vista del participante
- Servicios complementarios
(Existencia de locales comerciales próximos al lugar de inicio y llegada,
existencia de stand en la meta, guardarropa, vestuarios, aseos, masaje,
visibilidad de los resultados, el pódium y la existencia de puntos de avituallamiento).
- Infraestructura logística
(señalización del evento adecuándola a su ubicación, la previsión de plazas de
aparcamiento atendiendo al número de participantes, elementos materiales del
evento: pancartas publicitarias, zona de salida y llegada y el diseño así como
la señalización del recorrido).
Una perspectiva desconocida de los eventos deportivos que entrañan un trabajo y una dificultad invisibles al que hoy hemos dado rostro
Salvador Angosto Sánchez, (Santiago de la Ribera - San Javier, 1990).
“Salva” es un murciano inquieto de 24 años, luce una sonrisa abierta, su lema
es: “You can” (Tú puedes) y dice verse vacío cuando no tiene nada que hacer.
Apasionado por la
gestión de eventos deportivos; participativo y comprometido con las actividades
sociodeportivas. Comienza de voluntario en el UCAM Atletismo de Cartagena colaborando en la organización de eventos
deportivos y más tarde en puestos de responsabilidad en la secretaría técnica
de distintas jornadas deportivas. Igualmente es colaborador del Patronato
Deportivo de San Javier en los diversos eventos deportivos que organizan.
A
las 7 de la tarde, cuando comienza a caer el sol, camina en dirección al Club
de Piragüismo que la UMU tiene en el Mar Menor. Entra y pasa a los vestuarios
para cambiarse de ropa. Abre las taquillas de las palas y se dirige al C10
(canoa para 10 palistas) a esperar a sus compañeros. Suele llegar el primero;
es el capitán, el timonel. “A pesar del esfuerzo y de que mis médicos me lo
desaconsejan, es mi punto de rebeldía,
mi vía de escape; abandono el miedo que le
tengo a que mi corazón sufra. Desconecto la mente y pierdo el temor. Y como
escribió Henley, Salva, mientras controla con
todas sus fuerzas el timón de la canoa parece gritar: Soy el amo de mi destino, soy el
capitán de mi alma.
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